El contrato mercantil implica un acuerdo entre un autónomo y otro autónomo o empresa, que convienen la prestación de un servicio.
Muchas veces no son acuerdos laborales especialmente complicados. Sin embargo, es conveniente contar con un abogado para asegurarte un contrato legal que tenga en cuenta todas las condiciones y contingencias.
Desde Galende Buzón, despacho de abogados laboralistas en Madrid, te damos las claves para poder elaborar un contrato mercantil provechoso y seguro.
El contrato mercantil no es un contrato laboral
A diferencia de los contratos laborales, en los que el trabajador se encuentra en situación de dependencia con respecto a la empresa, en un contrato mercantil los firmantes están en igualdad de condiciones. Esto significa que, en teoría, ninguno tiene mayor potestad que el otro, ni goza de una protección especial de leyes o normas.
Estos contratos se rigen por el Código de Comercio y tienen como finalidad obtener un beneficio económico.
Un contrato mercantil es un acuerdo entre dos o más partes que se obligan a cumplir unas prestaciones recíprocas de carácter comercial. Los contratos mercantiles pueden ser de diferentes tipos, según el objeto, la forma, la duración o las partes que intervienen.
Algunos ejemplos son el contrato de compraventa, el de transporte, el de seguro, el de sociedad o el de comisión.
Es fundamental redactar el contrato mercantil con un lenguaje claro y sencillo, evitando ambigüedades o contradicciones que puedan dar lugar a interpretaciones erróneas o abusivas.
Para elaborar un contrato mercantil eficaz y seguro, es importante tener en cuenta algunos aspectos clave que pueden evitar problemas o conflictos futuros.
Partes imprescindibles en un contrato laboral
Identidad de todas las partes
Deben aparecer de forma clara los datos personales y fiscales, así como su capacidad legal para contratar, de todas las partes implicadas. Esto incluye el nombre o razón social de cada una de ellas, el NIF o el CIF de las mismas y el domicilio fiscal en el que desarrollan sus actividades laborales.
El objeto del contrato
Debe indicarse con claridad y precisión, especificando las obligaciones y derechos de cada parte, así como las condiciones de entrega, pago, garantía o rescisión.
Aquí debe tenerse muy claro que el contratante nunca podrá imponer al contratado condiciones como unos horarios determinados, ni días de descanso o vacaciones. Tampoco podrá imponer limitaciones o imposiciones en tu forma de trabajar.
En tales casos, el contratado no funcionaría como autónomo sino como “falso autónomo” y como tal, el contrato debería ser de naturaleza laboral, nunca mercantil.
Forma de pago
Presta especial atención a que la forma de pago quede perfectamente estipulada en el contrato, así como las condiciones y los plazos de cobro. Si la remuneración es en forma de comisión, ya sea en su totalidad o en parte, esta debe estar claramente fijada, tanto el porcentaje como las condiciones de la misma.
Duración del contrato
Otra cuestión importante será establecer la duración del contrato y las posibles prórrogas o renovaciones, así como las causas de extinción o resolución anticipada.
No olvides incluir las cláusulas especiales que consideres necesarias para regular aspectos específicos del contrato, como la confidencialidad, la exclusividad, la competencia, la propiedad intelectual o la jurisdicción aplicable.
Firma
Por último, el contrato debe estar firmado por todas las partes intervinientes y conservar, cada una de esas partes, una copia del mismo.
Elaborar un contrato mercantil eficaz y seguro es una tarea que requiere conocimientos jurídicos y experiencia en el ámbito comercial. Por eso, es recomendable contar con el asesoramiento de un profesional especializado que pueda orientarnos y ayudarnos a redactar un contrato adecuado a nuestras necesidades y expectativas.
Desde Galende Buzón, abogados expertos en derecho laboral, te ofrecemos nuestros servicios para que tus contratos mercantiles sean legales y convenientes a tus intereses, evitándote posibles conflictos o reclamaciones futuras.